jueves, 4 de febrero de 2010

"Avatar" o el ¿cine del futuro?


Título: Avatar.
Director / Guión: James Cameron.
Producción: James Cameron, Martin Landau y Rae Sanchini.
Duración: 162 minutos.
Música: James Horner.
Interpretes: Sam Worthington, Zoe Saldaña, Sigourney Weaver, Stephen Lang y Michelle Rodríguez.
Nacionalidad: Estados Unidos.
Distribuidora: 20th Century Fox.

Menudo revuelo. James Cameron siempre lo hace. Está en su carácter. Y a uno le puede o no gustar su manera de plantear y ejecutar sus películas, pero ha de reconocérsele el esfuerzo, su testarudez por ofrecer algo nuevo, revolucionario. Desde sus comienzos en la escuela de cine de Roger Corman aprendió fotografía y técnicas de efectos visuales y poco a poco empezó a adueñarse de todos los campos y especialidades que rodean la producción de una película. James Cameron monta, produce, escribe y dirige sus films. Y lo hace a conciencia, sabiendo que sabe de todas estas ramas. Más de uno ha tenido que salir de sus películas porque no hacía lo que deseaba (1).
Tras algún que otro bandazo (Piranha II), se lanzó a una producción personal, de corto presupuesto y que a la postre revolucionaría el cine de ciencia ficción. Sin Terminator (1984) no tendríamos Matrix (1997). Así de contundente, pero así de claro. Rápidamente le ficharon para la continuación de Alien, el octavo pasajero, a pesar de ya tener el guión escrito hacia dos años (2). Tras el éxito de calidad y taquilla, tanto él como productoras y distribuidoras echaron el resto con Abyss (1989) (3). Desde aquella, ha realizado cuatro películas (4); Terminator 2: El Juicio Final (1991), Mentiras Arriesgadas (1994), Titanic (1997) y Avatar (2009), con casi 13 años de diferencia entre las dos últimas. Todas ellas éxitos de taquilla, todas ellas con innovaciones de más o menos renombre en el campo de los efectos visuales. Parece que esto le ha generado mala fama entre los críticos, los cuales no van más allá del cine de culto o los director@s renombrados para reconocer la calidad. Si bien es cierto que como guionista puede dar más de sí, nadie le puede negar saber narrar una historia, sobre todo, si se tiene en cuenta su ambición. En mi opinión, es lo primero que debemos tener en cuenta para analizar sus films, sobre todo, los dos últimos. Podemos contar con creador@s cuyas pretensiones sean pequeñas y hagan productos redondos. Pero las metas de James Cameron son tan grandes que ya de por sí hemos de darle un aprobado o un "pasen y vean". Porque al final muchas personas se han acercado a Avatar, porque lo ha vuelto hacer de forma innegable: desafiarnos a todos para que reconozcamos su esfuerzo por entretenernos, por disfrutar. Y sí, no le pidamos más a su cine. ¿Pero qué es el "más"? ¿Planteamientos filosóficos-sociales que a veces son meras excusas del film para introducir moralina o discursos de sus creadores? ¿Planos o guiones extraños o variopintos para dar el pego de que son independientes y a contracorriente? Si lo consideramos un poco, también James Cameron va a contracorriente. Es más, va dos pasos por delante.
Y si atendemos a Avatar tenemos que enfrentarnos a su desafío: ¿es éste el cine del futuro? ¿Es la interactuacción en 3D, la vinculación entre espectadores y película, el futuro del drama? Considero que no es necesario realizar algo en 3D para que el nexo entre escena y público sea completo. Pero creo que los objetivos de esta película no van por ahí. Se trata de plasmar fantasía y belleza. En ese sentido, salí del cine afirmando que no había visto nada más "bello". Y es cierto. Y por más que algunos críticos afirmen que hay más dramátismo en cualquier película de Murnau, Welles o Lang (esto, hay que decirlo, queda muy bien en diarios tan consagrados como El País), Avatar cumple su cometido: ofrece algo nuevo y fantástico. Cierto que el guión es sencillo y que el final en plan mantra corporativo choca un poco, pero uno sale a gusto de la sala, sabiendo que ha disfrutado de un ejercicio espectacular de cine. No obstante, le pongo alguna que otra pega: podría haber tenido una mayor introducción acerca de Pandora y la presentación de personajes (a un ritmo que ya pudimos ver en Aliens, El Regreso), un trazado algo simple de algunos personajes y, sobre todo, alguna que otra resolución facilona a la hora de plasmar el enfrentamiento entre explotadores / explotados. Algunas ideas apuntan, pero se quedan en nada: como la vinculación psico-física entre criaturas y Nav'y. Por último, el doblaje al español es bastante pobre, sobre todo, en algunas expresiones cuasi adolescentes, fuera de lugar. Resulta algo cómico ver a una criatura de casi tres metros decir: "chachi" o "guay". En fin, que esperaré, eso sí, con más tranquilidad, su próxima película, sabiendo que tras Avatar sus próximos pasos serán más pequeños. Y sin embargo, ¿qué más nos tendrá reservado?     

NOTAS:
(1) En Aliens el Regreso el primer director de fotografía tuvo que marcharse al no seguir sus indicaciones sobre la luz natural que quería Cameron se viesen en algunas escenas. Fue sustituido por Adrian Biddle.
(2) Tras el éxito de Terminator decidieron apoyarle en la dirección de Aliens  
(3) Primer y único tropiezo importante de Cameron tras las cámaras. No obstante, supuso un avance en cuanto la aplicación de imágenes diseñadas por ordenador a las películas. Podríamos decir que el tentáculo de agua precede al T1000 y a los dinosaurios de Jurassic Park (Steven Spielberg, 1993).
(4) A uno le da por decir cinco, ya que Días Extraños (Kathryn Bigelow, 1995) le debe a Cameron nada menos que la producción, el montaje y el guión.      

2 comentarios:

Ariadna Garrido dijo...

Gran peli, sí senyor!! és genial! :)

Synthagma dijo...

A nivel visual, casi insuperabl, pero tiene algunos pegas. Sin embargo, si me apuras, compensa el gasto en 3D a pesar de ser más cara la entrada, mientras que otras películas de este mismo año no llegaban ni a la mitad que he pagado, aunque fuesen más baratas, como "Algo pasa en Hollywood" o "District 9".